Algunos amigos desde fuera del Perú me han hablado en el sentido de que consideran que he dedicado demasiado tiempo y muchos artículos, ocupándome casi de forma monográfica, de la participación de Mario Vargas Llosa en la campaña electoral peruana.

Yo mismo creo haberle prestado excesiva atención a este personaje. Lo he hecho porque veo con mucha claridad el peligro real que representa Ollanta Humala, el candidato al que respalda Mario Vargas Llosa, para nuestra democracia.

Por fin ahora encuentro algo de tranquilidad al ver que las desafortunadas y continuas intervenciones de Mario Vargas llosa, se han convertido ahora en tema central de la campaña y están discutiéndose en muchas páginas de muchos periódicos impresos y digitales.

Ahora gran parte de los peruanos le  reclamamos una explicación y hemos tenido la suerte de que se haya  presentado un voluntario para representarnos.

Ha llegado la hora de la verdad, Hernando de Soto, un intelectual del sector económico, muy respetado y asesor muy importante de la campaña de Keiko Fujimori ha retado a Mario Vargas Llosa para discutir públicamente sus diferentes posiciones y opciones en la campaña electoral.

Si Mario Vargas Llosa acepta el reto, que es lo que todos los peruanos esperamos, creo que entre estos dos intelectuales dejarán zanjado el asunto y mis intervenciones podrán orientarse definitivamente a otros temas de la campaña.

Pero me temo que Mario Vargas Llosa buscará alguna excusa para evitar la confrontación directa. Se lo pensará dos veces, se dará cuenta de que se expone a hacer un ridículo sin precedentes delante de todo el Perú y la prensa extranjera.

Además, esta de por medio, el que su nuevo jefe Ollanta Humala, lo autorice a aceptar este enfrentamiento directo, porque obviamente el candidato a la presidencia de Gana Perú sigue siendo Ollanta Humala, aunque Mario Vargas Llosa y su hijo Alvaro crean y se estén comportando como si estuviéramos en la campaña de 1990. Aquella campaña electoral en la que Mario Vargas Llosa sufrió la derrota mas humillante de su vida, frente a Alberto Fujimori.

Me pregunto que pensarán algunos auténticos dirigentes y simpatizantes de Gana Perú sobre estos inesperados intrusos, conocidos por representar y respaldar a la derecha peruana durante décadas. Ahora estos señoritos parecen creerse los dueños de la campaña de Gana Perú. Seguramente sueñan con asumir puestos privilegiados en el nuevo gobierno y ser los magnánimos auditores del gobierno.

Como ya todos saben, el señor Mario Vargas Llosa nos quiere convencer a los peruanos, distorsionando la verdad, de que el representante de la autentica democracia en esta campaña es Ollanta Humala. Dice que Keiko Fujimori representa a la dictadura. Que manera de querenos engañar con un discurso tan ingenuo. Tal vez no sea solo ingenuidad, sino tan solo, sed de venganza.

El señor Mario Vargas Llosa debe entender, de una vez por todas, que en estas elecciones el único que representa a un modelo de “dictadura democrática” que ya se implemento sin éxito en Venezuela y Bolivia es su candidato Ollanta Humala.

Ollanta Humala los ha engañado, a Mario y su hijo Alvaro, y nos quiere engañar a todos los peruanos con ese simpático tonito bonachón y con su disfraz de abuelita buena e  inofensiva. Pero no lo olvidemos ni por un instante, sigue siendo el mismo de siempre, en cuanto llegue al poder se quitará el disfraz, aparecerá el lobo feroz, se comerá a la caperucita Llosa y a su hijo e implantará, a mediano plazo, una dictadura a la Venezolana de la que no podremos liberarnos en 15 años.

Espero con interés e impaciencia la respuesta de Mario Vargas Llosa, espero que acepte el reto y que el resultado de ese enfrentamiento me deje libre para poder escribir temas mas variados, olvidando lo desagradable que ha sido para muchos de nosotros la ridícula aparición de padre e hijo en la campaña electoral.

El 5 de Junio a las cuatro de la tarde, tendremos resultados electorales, los peruanos habrán elegido a su nuevo presidente o presidenta para los 5 años siguientes. Le exijo al señor Mario Vargas Llosa que respete esta decisión del pueblo peruano, le guste o no le guste. Que esté preparado para sufrir una eventual nueva derrota humillante y que esta vez la acepte con dignidad y resignación. Que no vuelva a repetir aquello posterior al año 90 en que le hizo con su libro “El Pez en el Agua” y en otras declaraciones mucho daño al Perú.

Jorge Avellaneda Indacochea