Alguno de sus asesores debería de aconsejarle al ex presidente Alejandro Toledo que mejor deje de hacer declaraciones hasta que sus heridas hayan cicatrizado. Es deplorable ver a un hombre, al que algún día le dimos nuestra confianza, derrumbado e incapaz de reconocer su propia culpa en su última derrota electoral.

Es cierto que el presidente Alan García hizo esas desafortunadas declaraciones en las que afirmaba ante un grupo de empresarios, que él no tenía el poder para decidir quién sería el próximo presidente, pero que si podía evitar que alguien lo fuera.

Todos los peruanos, salvo Toledo, comprendimos a quién se refería Alan García con esas palabras. La pretensión del ex presidente Toledo se ser él el protagonista de esas declaraciones y   de achacarle su derrota al presidente García suena infantil.

Esto no hace mas que confirmar que no ha entendido nada de lo que le ha pasado últimamente. Tal vez es por eso que esta cometiendo una serie de errores en cadena que han dejado perplejos a todos lo que algún día lo consideraron un líder.

Al señor Toledo debería de quedarle bien claro que perdió en la primera vuelta por culpa de su propia arrogancia. Rechazó de forma absurda la propuesta de colaboración de PPK y luego, una vez que este decidió presentar su candidatura, lo atacó y criticó de forma poco elegante. PPK fue su mejor ministro de economía y su mejor primer ministro, pagarle de esa forma mezquina no podía conducir a ninguna parte. 

Antes de perder en la primera vuelta nos machaco, todos los días, en su spot publicitario, que votar por Ollanta Humala era un salto al vacío. Poco después de perder en la primera vuelta comenzó el mismo su caída al vacío apoyando la candidatura de Ollanta Humala.

Ahora, en un nuevo gesto de arrogancia, dice que el triunfo de Ollanta Humala se ha debido a su apoyo, parece que no sabe contar, no le ha aportado a Humala prácticamente nada en  votos. Que no olvide que antes de la primera vuelta, cuando todavía creíamos en él contaba con casi 30% del electorado.

El señor Toledo debe de aceptar que ya no representa casi a nadie en el Perú, ya no tiene los apoyos que tenía, fue un buen presidente pero lamentablemente el sólo ha tirado por la borda todo el capital político que tenía. Su candidato a la vicepresidencia, Carlos Bruce, ha sido uno de los pocos que se opusieron a semejante barbaridad de apoyar a Ollanta Humala. Bruce y los que se quedaron con él son los únicos legítimos herederos de los votos que algún día tuvo Perú Posible.