En los últimos días se ha venido especulando con la posibilidad de que se le conceda un indulto presidencial a Alberto Fujimori. Se habla de que la gracia podría ser otorgada por el actual presidente Alan García o por el presidente electo Ollanta Humala una vez que asuma la presidencia.

Durante toda la campaña los independientes que hemos apoyado a Keiko Fujimori lo hicimos bajo el condicionante de que no liberaría a su padre si llegaba a ser presidenta. Yo estoy convencido de que ella hubiera mantenido esa posición y hubiera cumplido con su promesa.

El indulto es una medida de clemencia para casos en que el reo esté en peligro inminente de muerte. Esta circunstancia no se cumple con Alberto Fujimori. La defensa de Fujimori tampoco apoya ni promueve una salida vía indulto, trabaja centrada en acciones que se realizan por causes regulares vía poder judicial.

Además un indulto tanto del presidente García como del presidente electo Ollanta Humala no sería aceptable por dos motivos importantes:

Por una parte podría crear un precedente que de impunidad a futuras acciones de un gobierno o gobernante  que actúen fuera de la conducta permitida en un estado de derecho.

Por otra parte el presidente actual así como el presidente electo cargan en sus espaldas, por lo menos con las sospechas, de haber sido también responsables de violaciones de los derechos humanos.

En resumen a ellos mismos se les podría acusar de los mismos delitos por los que el ex presidente Fujimori ha sido sentenciado. Siendo así, es objetivamente poco ético que cualquiera de ellos otorgue un indulto de estas características.

Jorge Avellaneda Indacochea