Todos hemos escuchado alguna vez a personas mayores y en muchos casos inclusive a jóvenes  hablar sobre temas de raza, clases sociales y tendencias sexuales con formas y palabras que resultan inaceptables en una sociedad moderna. Hace poco hemos vivido de forma intensa la manera en que se cruzaron insultos de toda índole en las redes sociales durante la campaña electoral, nadie se libró, cada peruano parecía tener algo que decirle al otro para insultarle y denigrarle.

El padre de nuestro actual presidente electo, el señor Isaac Humala, no es una excepción, ya nos había sorprendido antes con múltiples declaraciones inadecuadas y hace pocos días volvió a la carga otra vez con su teoría de  la "inteligencia superior" de la raza cobriza. Dice que al cobrizo le han dado los dones de la inteligencia por encima de las dotes intelectuales del amarillo asiático, el blanco europeo o el negro africano.

Declaraciones de Isaac Humala publicadas en el periódico El Mundo de España

Por otro lado Mario Vargas Llosa hace poco escribió en el diario El País de España un artículo en el que tachaba de fascista a la candidata presidencial Keiko Fujimori y  de fascistas, ricos de Miami o ignorantes a los peruanos que votaron por ella. Además acompañaba su artículo de una caricatura de una Keiko Fujimori hitleriana.

El artículo “la derrota del fascicsmo” publicado en el periódico El País de España

Este tipo de declaraciones y artículos no trascienden hacia el exterior del país si los hace un peruano cualquiera. Pasan al olvido pronto después de enardecer los ánimos entre unos y otros dentro del país. El problema es que cuándo son realizadas por personajes conocidos la prensa internacional si se interesa  y les presta atención. Así, lo que parece ser inofensivo, trasciende nuestras fronteras y daña tremendamente nuestra imagen. Pensemos todos en el concepto que nos hemos formado de la Venezuela de Hugo Chavez y de la Bolivia de Evo Morales. Todo debido a sus lamentables formas de decir las cosas. Sus palabras no solo los ridiculizan a ellos sino también perjudican la imagen de sus países.

Es posible que muchos peruanos no puedan entender el impacto negativo que tienen declaraciones de este estilo en países del mundo desarrollado, entre ellos Estados Unidos, Canadá y todos los de la Unión Europea. Basta informarse y recordar lo que sufrieron estos países con la absurda teoría de la “raza superior Aria” enarbolada por el nazismo en Alemania y la ideología fascista que domino a muchos países antes, durante y después de  la segunda guerra mundial.

Hace poco, antes de las elecciones, gran parte de los peruanos estábamos orgullosos y entusiastas con el progreso y lo que representaría la Marca Perú en el mundo. En las últimas semanas no hay duda de que hemos perdido fuerza y hemos dañado nuestra imagen. Yo apelo seriamente a todos los peruanos y especialmente a aquellos cuyas declaraciones pueden trascender hacia el exterior a guardar las formas, que midan sus palabras, que no solo evalúen  el daño que le producen  al adversario político, que evalúen también el daño colateral que le producen a la imagen de todo el país.

Jorge Avellaneda Indacochea